domingo, 10 de octubre de 2010

Intentar.

Viví el hoy, dicen, porque no sabés donde podés estar mañana. Muchas veces nos pasan cosas que nos duelen y nos lastiman y no hacemos nada porque pensamos "Total en un futuro va a pasar y voy a estar bien." Y lo más factible es que así sea. Probablemente después de meses nos volvamos a sentir mejor y nos olvidemos de lo sucedido. Pero, ¿Dónde queda lo que sentimos y sufrimos en ese entonces? ¿Es necesario vivir pasando una buena y diez malas? Otro dicho dice que el que no arriesga no gana. Podemos no tener señales de algo bueno, ni ver nada concreto adelante de nosotros, pero sin embargo arriesgarnos. A veces es necesario para una persona correr riesgos. Y yo, definitivamente soy de esas. Cuando sufro tengo que actuar, hacer algo para dejar de sufrir. Si bien puedo quedarme horas en un lugar llorando, también hago o intento cosas que me puedan hacer sentir mejor. Puede funcionar o puede que intentemos sin lograr nada. Pero al menos lo intentamos. No te rindas sin antes intentarlo, dicen otros más. Y la vida para eso está. Para correr riesgos, para jugársela, para saber con que motivo estamos acá y con que finalidad. Muchas veces vemos todo negro, una tormenta permanente y nos quedamos ahí, intactos, observándola sin hacer nada para cambiarlo. Y el cambio siempre está en nosotros mismos. Podemos intentar, probar maneras para despejar el cielo y poder ver el sol. Podemos intentar mil posibilidades todas las veces que queramos. Podemos fallar, claro, pero no dejamos de intentarlo. Que nada sería de la vida si no existieran las oportunidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario