Creía que lo tenía todo, creía que él lo era todo. Meses y meses me sentí como volando en un mundo mágico, era la persona más feliz, la más afortunada. Mi vida tuvo sentido, él le dio sentido a mi vida. Fue mi razón de ser, de vivir, de seguir. En cada paso que daba, ahi estaba. En cada caída mia, él me levantaba. En cada tropiezo, me ayudaba. En cada llanto, me consabala y en cada risa se alegraba. Fue mi sostén, lo que me mantuvo en pie durante tantas caídas. Me alentó a seguir adelante cuando ya no encontraba sentido alguno. Me sacó de la burbuja en la que vivía, me mostró diferentes realidades, me enseñó a ver las cosas de otros puntos de vista, a entender lo que no entendía, a ver lo que no podía ver, me dejo mostrarme tal cual soy. Me dejo mostrarle quién era, me llegó a conocer más que nadie en este mundo, y me quiso, como nunca antes nadie me había querido, ni creo, puedan volver a quererme alguna vez.. Me enseñó a amar de verdad, entre tantas cosas.
Llegó un día cualquiera, así sin pedir permiso, llegó para darle luz a mis noches de oscuridad, llegó para borrarme el dolor de viejos amores, llegó para darle color a mi vida, llegó para enseñarme a vivir. Nunca hablé tan enserio como cuando digo que él, realmente, me enseñó a vivir. Porque sin él nada hubiera sido lo mismo, me dió mañanas, tardes y noches inolvidables, imborrables, memoriables y eternas. Cada hora, minuto y segundo que compartí con él fueron únicos y nunca jamás los voy a olvidar. Esos momentos que sólo con él lograban ser especiales, él y solamente él sabía que era lo que me hacía bien y lo que me hacía mal. Sólo el controlaba mis estados de ánimo con tanta facilidad, pasaba del llanto a la risa y de la risa al llanto en milésimas de segundos; por él.
Si tuviera que describir lo que fue él en mi vida, juro que no podría. No encontraría palabras ni adjetivo alguno que pueda describir tan inmenso sentimiento. Podría pasarme horas, días, semanas, meses y hasta años hablando de él. Y probablemente lo haga. Probablemente pasen años y me encuentre amándolo aún cada vez más a través del tiempo, extrañándolo y lamentándome como lo dejé ir.
Vivimos demasiadas cosas juntos, cosas que en mi vida me hubiera llegado a imaginar que podría vivir a tan temprana de edad. No obstante las viví y no me arrepiento de nada. Me jugué por amor a él más de una vez y lo volvería a hacer. Nadie me va a querer tcomo él a mi, lo sé. Él era distinto a los demás, era especial, sabía cada detalle de mi, y aún así me amaba. Yo igual. Sabía hasta lo más ínfimo de su personalidad, conocí y conozco todos sus estados.. los buenos, los malos, los dulces, los agresivos. Y aún así lo amé y sigo haciéndolo. Porque hoy en día no me importa que pueda llegar a hacer conmigo, no me importa su violencia, sus agresiones y demás. Lo único que me hace bien y feliz es él, es lo único que necesito y por él soporto lo que sea, porque él le da vida a mi vida. Sin él no soy nadie, no soy nada.
Me siento vacía, me siento viva en cuerpo y muerta en alma. Perdí todo, mis ganas de seguir, mis ganas de vivir, no soy nada si no estoy con él. Sobran motivos para explicar que fue, es y será el gran amor de mi vida, el único. Mi único amor. Por siempre y para siempre seré entera y completamente suya. Para siempre. No me alcanzaría ni una vida entera para agradecerle por haberme dado tanto en tan poco tiempo. En sólo dos años me dió lo que nadie en 16. Por eso lo elegí y lo sigo eligiendo. Porque siempre tuve en claro que él era lo que quería para mi vida, para mi felicidad. Una vida entera con él hubiera sido perfecta. Porque él es perfecto, y yo soy perfecta para él. Porque nada fue casual y pase lo que pase siempre vamos a pertenecernos. Soy suya, es mio. Una canción muy conocida dice 'el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren' . Sé que nuestro amor es eterno, que nunca se va a morir. Amores como estos, amores verdaderos, son para siempre. No se olvidan, no mueren, no se terminan. Por siempre y para siempre; él y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario